
Al volver a Buenos Aires, después de esas excursiones por las estancias del sur de nuestra Pampa, concebí el propósito de dar a mis composiciones musicales un sello que las diferenciara de la cultura clásica y romántica, en cuya rica fuente había bebido las enseñanzas sabias de mis gloriosos y venerados maestros. Mis cotidianas improvisaciones, de ese tiempo, parecían envueltas en los repliegues de lejanas brumas de amaneceres y de ocasos de las sabanas pampeanas, y remedaban ecos de misteriosas voces de las soledades. […] Toda mi producción, desde entonces, está animada por el soplo fecundo del folklore de la Pampa, y penetrada en su copa y en su raigambre por el alma popular argentina. Estos son los orígenes del arte musical argentino: la técnica nos la dio Francia, y la inspiración, los payadores de Juárez.
Los aires de la pampa me embriagaban. Las extrañas puestas de sol, el misterio de los ciclos estrellados en medio del silencio, los plenilunios en la soledad de las sabanas, el mugir de los rodeos de millares de vacunos, el balar de los inmensos rebaños, el relinchar de los potros en libertad, y el rumor de las nocturnas voces despertaban mi vena artística y cuando no andaba cantando, andaba improvisando versos, montado en un redomón […].
Quise empaparme de la música de mi tierra para no ser un extranjero en ella. Quise escribir música de ambiente argentino, no meras transcripciones sino música de arte, de ambiente, de color, de esencia nativa. Y para eso fui a las estancias de la provincia de Buenos Aires, para conocer el canto y los bailes de nuestros gauchos. […] Allí conocí auténticos payadores, de chiripá y bota de potro, y vibrantes intérpretes nativos de hueyas, gatos, zambas, vidalitas, tristes y décimas.
Tenemos, pues, los argentinos, un jalón plantado en el estadio del arte, que nos caracteriza y nos distingue en el concierto de las nacionalidades. […] Hagamos constar que el esfuerzo espontáneo de los argentinos para crear un arte propio, inspirado en los cantos y las danzas de nuestros payadores, se halla realizado y representa la manifestación más grande de nuestra independencia intelectual. ¡Alegraos, argentinos; nos hemos emancipado una vez más: tenemos una música argentina!.
— Alberto Williams
23 de noviembre del 1862, Buenos Aires.
17 de junio del 1952, Buenos Aires.

Pampamapa es un espacio dedicado al estudio, la interpretación y la difusión de la cultura musical argentina.