alberto williams

Alberto Williams: Vida y obra

Williams Alberto nació en Buenos Aires el 23 de noviembre de 1862. Compositor, poeta, pianista, director de orquesta y pedagogo argentino. Fueron sus padres Jorge Orlando Williams y Eloisa Alcorta. Sus abuelos paternos fueron Benjamin Williams, de Exeter, y Fanny Blacket, de Dover. Sus abuelos maternos. oriundos de Santiago del Estero, fueron Amancio Alcorta y Coleta Palacio, cuyos ascendientes eran de origen vasco (Guipúzcoa)…

Alberto Williams: La vidalita

Es la canción de la tristeza, de la ausencia y del amor acongojado, allí donde la ternura no encuentra confidencias, donde responde sólo el eco de la soledad a los anhelos, allí donde se siente el vacío de los que se fueron, donde se recuerdan las dulces horas que ya no volverán, allí donde las penas gotean horadando el corazón, donde la luna aquieta las punzadas del dolor, allí se canta la Vidalita.

La poesía de las montañas, la poesía de la Pampa, la poesía del silencio y la soledad, se transforman en tierna melancolía, y ésta se vuelve a su vez canción, canción de las almas ingenuas que aspiran a la dicha y sienten el llamado del amor.

Alberto Williams: La obra de arte musical

Si condensar ideas y reprimir palabras, es ya de por sí, tarea harto difícil para el disertador, ¿Cómo yo voy a salir del paso, discurriendo ante vosotros sobre la realización de la obra de arte musical?

El tema es vasto y hondo como un mar es vasto a tal punto me tienta con sus extrañas fosforescencias y sus atracciones de abismo, que me aventuro a encerrarlo en el estrecho cauce de un discurso.

¿Qué requisitos necesita la composición musical, para merecer con justicia el tan codiciado nombre obra de arte?

Alberto Williams: El gato correntino

Por las tres danzas cantadas que hemos publicado en La Quena, puede verse la ausencia de modulación en nuestro folklore musical. Algo de la monotonía de la Pampa parece reflejarse en esas páginas populares.

El Gato correntino presenta acentos rítmicos que parecen pertenecer al compás de seis por ocho, más bien, que al de tres por cuatro, si se hace abstracción de la letra. Pero los acentos del verso determinan claramente, acentuaciones rítmicas propias del compás de tres por cuatro, y en el cual hemos dado transcripción.

Alberto Williams: El gato criollo

El gato que publicamos en el numero anterior es el más antiguo a la vez que el más difundido en la provincia de Buenos Aires. El que ahora publicamos con el nombre de Gato criollo, como generalmente se le llama para distinguirlo del Gato propiamente dicho, está también muy difundido en la provincia de Buenos Aires.

Alberto Williams: El gato

Los compositores argentinos, que desean inspirarse en el folklore de nuestra tierra, echan de menos esas colecciones tan hermosas y abundantes, que tienen los viejos países europeos. Los payadores de van también como los dioses. Los gauchos guitarreros, que entre un cimarrón y una caña con limonada, se ponían a cantar o a payar de contrapunto, en las pulperías donde “hoy no se fía pero mañana sí”, ya casi no se ven en las comparsas de carnaval. La indumentaria del jinete de las pampas, tiende a desaparecer; apenas si se vislumbran ponchos y chiripas, botas de potro y tiradores de plata, calzoncillos con flecos, lazos y boleadoras.

Alberto Williams: la crítica y la ética

Sólo la crítica bien intencionada puede ser fecunda.
Sucede por lo general, y salvo muy honrosas excepciones, que aquellos que a la crítica se dedican, son los infecundos de la colmena intelectual, los inválidos de las otras profesiones, los patizambos y patitiesos que se quedan rezagados en la carrera al dólar, panegiristas de la empleomanía que, al quedar cesantes, buscan por el invierno la estufa económica del sol y por la canícula, el banco sin depósitos de las plazas públicas, los vagabundos de la literatura barata, a que, cansados de andar a la pesca de un empleo, de los de…

Alberto Williams: nacionalismo argentino

Al volver a Buenos Aires, después de esas excursiones por las estancias del sur de nuestra Pampa, concebí el propósito de dar a mis composiciones musicales un sello que las diferenciara de la cultura clásica y romántica, en cuya rica fuente había bebido las enseñanzas sabias de mis gloriosos y venerados maestros. Mis cotidianas improvisaciones, de ese tiempo, parecían envueltas en los repliegues de lejanas brumas de amaneceres y de ocasos de las sabanas pampeanas, y remedaban ecos de misteriosas voces de las soledades.…

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